El colectivo Piparrika desarrolla el proyecto para la gestión de un huerto ecológico situado en el Rincón de las Pellejerías, en pleno centro de Pamplona. Los cultivos se harán de forma mancomunada por todas las personas interesadas, en el terreno cedido por el ayuntamiento.
El Rincón de las Pellejerías del casco antiguo, acogerá el primer huerto comunitario ecológico de la ciudad. Se trata de un patio interior, de propiedad municipal. Está ubicado en la trasera del Palacio del Condestable, al que se puede acceder por un portón situado frente al número 24 de la calle Jarauta y que hasta ahora no tenía ningún uso específico. Cuenta con unos 1.500 m2 y tiene algunos árboles y un antiguo pozo en su interior.
Adecuación de la parcela
Desde que se hiciera un llamamiento a las asociaciones para solicitar los espacios en diciembre pasado, solo Piparrika ha mostrado interés por poner en marcha un huerto en esa zona. Por ello, ahora se encuentra elaborando un proyecto de gestión que debe presentar a la entidad local para ser aprobado.

Imagen del colectivo Piparrika
Se espera que el huerto pueda empezar a funcionar a principios de la primavera. De momento, los servicios municipales están preparando el expediente administrativo, y trabajan en la adecuación general de la parcela, así como la puerta de entrada que será sustituida por otra similar a la de la plaza Santa Ana. Además, se está estudiando la regularización del pozo existente para aprovechar el agua para riego.
Sostenibilidad, participación y perspectiva de género
Por su parte, Piparrika agrupa a diversas personas vecinas del casco antiguo. Según explican, el colectivo se creó con tres ejes filosóficos: el trabajo comunitario que promueva los vínculos sociales y la participación; la sostenibilidad, fomentando la cultura del cuidado, la producción ecológica y el consumo saludable; y la perspectiva de género, buscando la participación directa de las mujeres y la corresponsabilidad en las tareas del huerto.
Gestión conjunta y mancomunada
En los huertos comunitarios, a diferencia de los huertos de ocio, el terreno disponible no se divide sino que se hace una gestión agrícola conjunta, de manera mancomunada y autogestionada entre quienes participan. En estos casos, el ayuntamiento propietario suele ceder el terreno a una asociación o colectivo que se encarga de su gestión y en la que puede participar cualquier persona interesada.
Los huertos urbanos comunitarios promueven una economía sostenible en las ciudades y cumplen funciones y objetivos sociales y comunitarios, ambientales, educativos, de promoción de la salud, culturales y productivos.
El ayuntamiento tiene previsto informar a los vecinos de la zona antes de que se ponga en marcha el proyecto, así como recordarles que estará abierto a la participación de cualquier persona interesada que podrá tomar parte en la gestión y en las tareas del huerto comunitario.
Cabe señalar que, en las distintas crisis históricas, las ciudades han promovido muchos programas de agricultura urbana. En la ciudad industrial del siglo XIX, por ejemplo, eran prácticas necesarias para la subsistencia mientras que, en la primera mitad del siglo XX, adquirieron un carácter de apoyo a la economía ya que fue el periodo de las guerras mundiales. A partir de los años 70, los proyectos de agricultura urbana se han relacionado más con la autogestión, el desarrollo local, la mejora de entornos degradados, la integración social, el fortalecimiento comunitario y la educación ambiental. Además, en la actualidad, los expertos también incluyen entre los objetivos el de hacer ciudades más sostenibles y preservar la biodiversidad.
Imagen portada, desde multiplanos.com

Sitio donde se va a situar el huerto comunitario ecológico en Pamplona