Para España, la Ley de Clima europea debe incluir un objetivo ambicioso a 2030 y ser un marco institucional que oriente con señales e incentivos la acción climática y las inversiones verdes.
“Estamos ante una nueva gobernanza europea y tenemos que ser capaces de incluir en esta ley nuevos objetivos, nuevos sectores y actores no estatales, de manera que responda a los retos a los que nos enfrentamos”, sostuvo la vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
En su intervención en el último Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE, Teresa Ribera destacó como ámbitos de acción prioritarios dentro del Pacto Verde Europeo los sectores industrial y agrario, la fiscalidad ambiental y la acción para detener la pérdida de biodiversidad.
La vicepresidenta valoró el esfuerzo llevado a cabo por la Comisión Europea para presentar en menos de cien días su propuesta de Ley de Clima, pero ha considerado que la propuesta es “muy mejorable, y necesita ampliarse tanto en ambición como en enfoque”.
La representante del ejecutivo español indicó que la propuesta europea ha dado una “señal adecuada”, tanto a los Estados miembros como al sector privado y los inversores, del firme objetivo de neutralidad climática a 2050 como guía de todas las políticas europeas.
Aunque abogó porque el objetivo de neutralidad climática no solo aparezca en la Ley para el conjunto de la UE, sino también para cada uno de los Estados miembros.
Falta concreción para 2030
La vicepresidenta explicó que “el nuevo reglamento debe establecer un marco institucional para la descarbonización con un objetivo claro no solo a 2050 sino también a 2030”. Además, tiene que mejorar en el establecimiento de señales e incentivos para promover la acción climática y atraer a los inversores, o en la creación de mecanismos para transversalizar el objetivo de neutralidad climática como guía de todas las políticas.
A su juicio, a la propuesta actual le falta “concreción, especialmente en los objetivos a 2030, y más orientación de cómo van a articular las inversiones, las transformaciones, las medidas industriales, energéticas o sociales que hay que activar ya mismo, en 2020, para conseguir la neutralidad climática en 2050”.
Demanda por carta de 12 estados miembros
En esa línea, España remitió la semana pasada una carta al vicepresidente ejecutivo de la Comisión, Frans Timmermans, junto con Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Eslovenia y Suecia, pidiendo que la UE presente su evaluación para alcanzar un objetivo de reducción de emisiones a 2030 más ambicioso en el primer semestre de este año, pasando del 40% actual respecto a 1990 a un 50 o 55% respecto a la misma fecha.
“Esta propuesta de Ley es un punto de partida interesante, nos parece que está bien planteada pero que todavía puede enriquecerse dado que va a ser la norma marco que oriente el conjunto de las políticas europeas domésticas e internacionales en las próximas décadas”, agregó Ribera quien anima a los ciudadanos a participar en el proceso de información pública que se acaba de abrir.
Estrategia a largo plazo
El Consejo de Ministros de la UE ha adoptado también la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo de la Unión Europea, que debe presentarse al secretariado de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en los primeros meses de este año. La elaboración de estas estrategias está recogida en el Acuerdo de París, que establece 2020 para su presentación.
Esta Estrategia debe asegurar la consecución de la neutralidad climática en 2050, objetivo aprobado por el Consejo Europeo el pasado 12 de diciembre, convirtiendo a Europa en el primer continente neutro en carbono.