La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), a través de su informe Marine Protected Areas in Europe’s Seas, revela que actualmente sólo está protegido el 5,9% de la superficie marina de la UE, lejos del 10% al que se han comprometido sus gobiernos. Ésta es la primera vez que se evalúa la red de marinas protegidas (AMP) de la UE al completo, sostiene Oceana, entidad que pide a los países de la región que resuelvan las carencias: pocos lugares protegidos (sobre todo en mar abierto), demasiado pequeños y mal gestionados.
La misma Comisión Europea en su comunicación ha destacado que la red es insuficiente y señala zonas críticas donde se necesita reforzarla con urgencia: la cuenca oriental del Mediterráneo y el Adriático, el mar Cantábrico y la costa ibérica, y la Macaronesia.
“Nueve de cada diez áreas Natura 2000 son menores de 100 km2, el tamaño mínimo recomendado por los científicos. Si los Estados Miembros de la UE invierten poco en conservación marina, no conseguirán los beneficios ecológicos y económicos que puede proporcionar una red de AMP bien diseñada y gestionada”, afirma Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana en Europa. “Solo ecosistemas saludables y resilientes pueden ayudarnos a hacer frente a amenazas como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”.
Falta coherencia
El informe muestra que la red europea sufre una falta de coherencia. Por ejemplo, la mayoría de las AMP son costeras o litorales y hay una evidente falta de zonas en mar abierto, lo que deja gran variedad de hábitats y especies de profundidad sin protección y dificulta la interconexión ambiental entre ambas. Por ejemplo, en el Báltico y en el Atlántico Nororiental, los países han protegido más del 15% de sus aguas costeras, pero menos del 4% en mar abierto.
Parques de papel
Es lamentable estima Oceana que la evaluación de la agencia no incluya la gestión de las AMP, «lo que limita el valor de sus conclusiones sobre la efectividad de la red. La escasez de información sobre medidas de gestión es evidente, debida en gran parte a la frecuente inexistencia de estas medidas (especialmente las relativas a la pesca). Muchas AMP europeas son por ello meros ‘parques de papel’ que no aportan una protección real frente a actividades humanas potencialmente peligrosas».
Negligencia
“La Comisión Europea debe abandonar la política de esconder la cabeza en la arena y tomarse en serio la generalizada falta de gestión de las áreas marinas protegidas. Los Estados Miembros que no apliquen los requisitos necesarios para una protección real deberían ser legalmente responsables de su negligencia”, añade Gustavsson.