La economía circular va más allá de la gestión de los residuos. Un informe del ejecutivo vasco da cuenta de la amplia tipología de empresas que están demostrando la viabilidad de este modelo económico.
En tres convocatorias de ayudas a “Proyectos Demostración en Economía Circular”, por parte de la Sociedad Pública de Gestión Ambiental (Ihobe) del gobierno vasco, se han seleccionado y apoyado 36 iniciativas empresariales, en función de su grado de transferibilidad al resto del tejido industrial, de la intensidad de la colaboración de empresas de la cadena de valor, del grado de innovación y de la relevancia de la colaboración pública y, más allá de la financiación, para que la solución demostrada se establezca en el mercado.
Según un informe del Ihobe, un 33% de los estos proyectos de demostración de economía circular están relacionados con el sector metal, en el que se incluye la siderurgia, la transformación de metales (p.ej, laminación), la metalurgia no férrea y la fundición. Un porcentaje similar del 31% está conectado con el sector de construcción y obra, en especial la demolición y edificación, la renovación de obras de infraestructuras y carreteras y la fabricación de materiales de construcción.
Por otro lado, un 28% de los proyectos tienen algún tipo de relación con el sector de plástico y caucho; mientras que en el papel y la biorresiduos, sólo se centran un 11% de los proyectos. El sector o cadena de valor de automoción y transporte incluye 19% de los proyectos, el de equipos eléctricos y maquinaria un 11% y el de textil y moda un 19%. Estos porcentajes sólo indican una cierta relación de los proyectos con esa cadena de valor o sector y que no es la única, ya sea por ser el origen del material secundario o bien el destino del mismo, por lo que lógicamente la suma supera la cifra del 100%.
Materiales en residuos que valen 44 millones al año
Cabe recordar que Ihobe, a través del estudio Fabricación Verde. El valor de los materiales contenidos en los residuos: oportunidades para una economía circular en el País Vasco cuantificó el valor económico y el impacto ambiental potencial, desde un enfoque de ciclo de vida, de los materiales secundarios que en la se destinan a vertedero, sin tener en cuenta el grado de dilución o mezcla de los mismos. Los resultados señalaron que los materiales embebidos en los residuos tienen un valor teórico de 44 millones de euros anuales, aunque no presupone rentabilidad alguna en las condiciones actuales.
A la cabeza se sitúan los plásticos secundarios vertidos con un valor potencial de 12 millones, seguido de lodos y metales férreos con 7 millones de euros; los equipos eléctricos reutilizables (6 millones €/año); los textiles (5 millones €/año); las escorias de siderurgia (4 millones €/año); los lodos papeleros (3 millones €/año) y los residuos con metales no férreos.
Esta suma potencial supone sólo un pequeño ejemplo de oportunidades de la economía circular. El estudio de la Fundación Ellen MacArthur “Delivering the Circular Economy: a Toolkit for Policymakers” de 2015 estima que en Europa existe un potencial orientativo de ahorro económico de 633 miles de millones de euros en productos de consumo de corto ciclo de vida como bebidas, alimentación envasada o productos de droguería, y otros 564 mil millones en productos de medio-largo ciclo de vida como vehículos, maquinaria y electrodomésticos.
La Comisión Europea ha publicado asimismo en 2015 el estudio “Remanufacturing Market Study” en el que estima que la refabricación o remanufactura de productos puede generar en Europa entre 40 y 70 mil millones anuales adicionales de facturación y crear entre 260.000 a 410.000 nuevos empleos hasta el año 2030.